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Fig miró hacia la persona que tenía delante para ver la sombra de Misericordia acercándose. Cuando vio a Misericordia a punto de aparecer en el pasillo, tocó el hombro de la persona que tenía delante. Siguió tocándolo hasta que la persona se giró irritada.
—¿Qué... —susurró-gritó la persona, solo para contener abruptamente la respiración al ver al hombre gordo tras él y la pistola en su frente.
—A mi hermana mayor le gusta tanto su gato. Ella solía tener alergia, así que no podía tener una mascota, por eso valora tanto a Misericordia —compartió Fig en un tono afable, atrayendo la atención de todos mientras miraban hacia atrás.
Instintivamente se giraron con sus armas apuntando a Fig al ver al gordo guardaespaldas detrás de ellos en lugar de dormido en el sofá.
Pero ay...
Antes de que pudieran hacer algo, Fig ya le había disparado a la persona en la frente antes de dispararle a la siguiente persona al lado de esta.
¡GRRR!