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Tres meses después de que Milagro naciera, Cielo no hacía más que cuidar a su recién nacida. A pesar de la inseguridad y los pensamientos depresivos que le cruzaban la mente de vez en cuando, Cielo recibió un fuerte apoyo de su esposo. Por lo tanto, cuando su médico le dijo que podía hacer un ejercicio leve y seguir una dieta adecuada, comenzó a hacerlo para recuperar su confianza.
Esos pensamientos intrusivos aún la atravesaban, pero ya no los entretenía tanto. ¿Por qué lo haría? Siempre que Dominic la miraba, nunca la hacía sentirse menos. Su naturaleza pervertida, combinada con su par de ojos cariñosos, le daba el ánimo que necesitaba en el momento que más lo necesitaba. Axel y Sebastián la animaban, así que eso también era un plus.