—Por cierto, Dom, ¿cómo va el progreso de la empresa de diamantes? —Dominic ralentizó el levantamiento de la manta, uniéndose a ella en la cama—. Va bien.
—¿Oh? —Cielo movió su cabeza.
—Estamos discutiendo la posibilidad de revisar la mina en un mes, pero aún no hay una fecha fijada. Después de todo, mi horario, el de Kaiden y el de Ivy, deben coincidir. Actualmente, es difícil ajustar nuestros horarios, especialmente el mío.
—Lo sé. —Cielo sonrió, haciendo que él levantara las cejas—. ¿Qué pasa?
—Hmm... nada. —Dominic sacudió su cabeza levemente—. Solo pensé que me dirías que no vaya.
—¿Eh? ¿Por qué?
—Has estado en contra. —Se encogió de hombros—. O más bien, no te gusta la idea de esta empresa.
—Lo deseas tanto, ¿cómo podría impedírtelo? —Cielo hizo un puchero, acercándose a su lado de la cama—. Entonces, ¿dónde está esa mina?
—En el norte.
—¿Norte?
—Manica, —aclaró él, estudiando su reacción.