—Esto es bastante —admitió Heaven, contando todos los problemas que tenían entre manos, los cuales tenían su propia gravedad—. Silas, Primo, esta aventura con diamantes, y así sucesivamente. ¿Por qué mi esposo es tan intimidante?
—La cosa es que, cuanto más lo provocaban con amenazas de muerte, más determinado estaba él de seguir adelante con este proyecto para desafiar a todos.
—Eso suena como mi esposo. Qué sexy —Heaven silbó con orgullo, pero la cara de Oso se oscureció más—. En fin, ¿hay alguna noticia sobre Primo? ¿Mató a Joker?
—Eso espero, pero Gray me dijo que vio una señal de Joker el otro día.
—Así que, sigue vivo, ¿eh?
—Lamentablemente.
Heaven lo miró de reojo pero se guardó sus comentarios para sí misma —Conociéndolo, no dejará que Primo se salga con la suya. Se cobrará venganza. O sea, mantendrá al hombre ocupado. Sin embargo, hay algo que me preocupa.
—Tigre... —su voz se apagó, dando golpecitos con su dedo en el reposabrazos—... él dijo algo extraño.