Mientras tanto...
Bostezo...
Gray miró a su lado, solo para ver a Tigre bostezando. Estaban vigilando el final del pasillo, asegurándose de que nadie pudiera entrar a la sala donde estaba Cielo, aparte de las personas autorizadas y la familia Zhu.
—¿Pensé que ibas a enviar tu renuncia? —preguntó Gray, curioso—. Te fuiste temprano ayer por la noche. Pensé que no volverías hoy.
—Bueno, cambié de opinión —Tigre se encogió de hombros, parado en su lugar erguido, lo cual era lo opuesto completo a su pereza habitual desde que fue contratado. Inclinó la cabeza hacia atrás, lanzando a su colega una mirada cómplice—. No todos los días tienes un jefe que resucita —comentó—. Así que, podría quedarme.
Gray entrecerró los ojos con suspicacia, detectando la ligera diferencia en la actitud de Tigre —¿Qué estás planeando?
—¿Hmm?