—¿Señor?
Sentado en el pasillo justo afuera de la morgue, Dane llamó a Dominic. Pero este último no reaccionó y solo se quedó mirando la pared del otro lado.
—Señor —Dane suspiró—. Van a cremar el cuerpo de la joven señora y...
—¿Dónde está Basti? —Dominic no apartó la vista de la pared, su rostro estaba pálido y sus ojos hinchados—. ¿Ya lo sabe?
Dane apretó los labios—. El pequeño maestro escuchó algunas conversaciones. Está con el segundo joven maestro y dijo que ya vienen de camino. Tus padres también.
—Ya veo.
—Sobre la cremación...
—Retrasadla hasta que todos estén aquí.
—Sí —Dane hizo una reverencia, manteniendo la conversación breve, ya que era obvio que Dominic apenas se mantenía en pie—. Señor, debería descansar.
—No, gracias.
Las cejas de Dane se alzaron al observar el perfil de Dominic. Ya estaba acostumbrado a la expresión impasible de Dominic, pero ahora Dominic parecía muerto en vida.
—Sobre la persona... Marisol Chu, ¿cómo estaba? —murmuró Dominic.