—¿Paula? —dijo una voz.
—¿Hmm?
—¿Deberías mudarte con nosotros?
—¿Eh? —La joven adolescente Paula giró la cabeza hacia su lado, y su mirada aterrizó instantáneamente en la hermosa joven Heaven.
Las dos adolescentes estaban acostadas en la cama de Cielo, mirando las estrellas que brillan en la oscuridad en el techo. Heaven tenía esta hermosa sonrisa sutil mientras miraban las estrellas en su habitación, hablando sobre cualquier cosa que se les ocurriera.
—Solo estaba pensando qué lindo sería si pudieras quedarte con nosotros —explicó Heaven con un corto murmullo—. Realmente me siento feliz cuando estás aquí.
Los ojos de Paula se suavizaron mientras sonreía. —¿Debería?
—¿Por qué no? —Heaven giró lentamente la cabeza para enfrentarse a Paula—. Solo te hacen daño cada vez que vuelves a casa. Papá se preocupa cada vez que tienes que volver a tu casa. ¿Sabías que estaba parado bajo la lluvia torrencial frente a tu casa cuando te dejó la última vez?
—¿Él, qué?
