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Fuera del penthouse, los guardaespaldas no pudieron evitar mirar a los recién contratados. Ya habían oído hablar de la nueva adición al equipo, recomendada por el hombre mayor del equipo. Conociendo a Oso, los guardaespaldas esperaban que él trajera algunos guardaespaldas competentes al equipo.
Sin embargo…
—Bostezo… —Los guardaespaldas no pudieron evitar fruncir el ceño, mirándose unos a otros. Los recién contratados parecían pésimos. La única adición impresionante hasta ahora era la mujer llamada Princesa, pero ¿el resto? Solo podían suspirar.
Uno de los guardaespaldas recién contratados obviamente tenía sobrepeso; dudaban de que pudiera correr adecuadamente si ocurriera una emergencia. Estaba comiendo unas papas fritas que escondió en sus bolsillos, pensando que nadie notaría que estaba comiendo durante su turno.