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—Lo siento —Sebastián bajó la cabeza, parado frente a su madre y su padre. Después de bañarse, Miriam lo animó a contar lo que le pasó a Cielo. Dado que Cielo y Dominic seguían en la sala de estar, Sebastián fue directo a ellos con la ayuda de Miriam.
—Basti... —suspiró Cielo, dándole una mirada a Dominic.
—Me bañaré primero —Dominic le dio una sonrisa sutil, asintiéndole—. ¿O necesitas mi ayuda aquí?
—Está bien —Cielo le devolvió la sonrisa—. Me las arreglo.
—De acuerdo —Dominic no se demoró, dándole una mirada a Miriam.
—Sí. Ayudaré al chef y prepararé la cena —Miriam hizo una reverencia, saliendo justo después de Dominic.
Cielo echó un vistazo por encima de su hombro cuando su esposo se fue. Luego fijó lentamente su mirada al frente, suspirando en cuanto posó sus ojos en su hijo.
—Basti —lo llamó con una voz suave, viéndolo echar un vistazo—. Ven aquí, Basti.