Mientras tanto, en la habitación de Sebastián.
—Esto no es para un jardín de niños —Axel casi lanzó los papeles al otro lado de la habitación, mirándolos con desánimo—. ¿No se supone que las lecciones de kinder son sobre colores y contar? ¿Qué demonios es esto?
Axel había estado intentando con todas sus fuerzas ayudar a Sebastián, incluso leyendo cómo resolver este "simple" problema, pero sin éxito. Sus cejas se elevaron mientras miraba alrededor de la habitación, inclinando la cabeza hacia un lado.
—¿Dónde se fue? —se preguntó, recordando que su sobrino se había excusado para ir al baño. Pero hasta ahora, no había regresado.
—Ese pequeño ancestro... ¿se escabulló de hacer su tarea? —Una expresión agria apareció en la cara de Axel, alejándose de la mesa para revisar a su sobrino en el baño.
Como cortesía, Axel tocó a la puerta del baño.
—Pequeño ancestro, ¿estás bien? —preguntó después de tres golpes—. Si no respondes, no tendré más opción que entrar, ¿de acuerdo?