—Guau... este tatuaje es enorme. Son increíbles —Cielo estaba impresionada, tumbada boca abajo en la cama mientras dos mujeres le ponían un tatuaje falso en la espalda. Ella miraba cómo lo hacían a través del espejo de mano, asombrada de cómo lo hacían parecer creíble.
—Jaja —las mujeres se rieron, halagadas por el cumplido de Cielo—. Gracias a tu piel suave, nos facilita el trabajo, ¿verdad?
—Así es —dijo la otra artista de prótesis con una sonrisa—. Además, tu espalda es bastante sexy, ¡lo que hace que se vea aún mejor! Esto durará al menos tres días, pero igual necesitamos retocarlo de vez en cuando.
—¿Tres días, eh? —Cielo mecía su cabeza.
—El tatuaje falso era una gran guadaña y un segador que la sostenía, rodeado de pequeñas mortajas negras que cubrían toda su espalda, desde la nuca hasta la parte baja de la espalda. Cielo tenía que hacer una escena donde llevaría un vestido con la espalda baja al descubierto que mostraría este detalle del personaje que interpretaría.