La revelación no dicha debería ser suficiente para que Oso enviara su dimisión a Dominic. Sin embargo, no lo hizo. La razón no estaba clara ni siquiera para él mismo. Quizás era porque Cielo de alguna manera le recordaba a alguien a quien quería mucho y por quien sentía añoranza, o probablemente estar involucrado en tales cosas estaba tan grabado en sus huesos que simplemente no podía apartarse de ello.
De cualquier manera, Oso tenía otra razón para quedarse, y era ver si esta Heaven Liu podía llevarse los demonios que estaban con él día y noche.
—Entonces, ¿este es el lugar? —Cielo echó un vistazo al complejo turístico mientras entraban por el camino de entrada.
El complejo privado estaba a hora y media en coche de la ciudad, lo que explicaba su ligero aburrimiento en el viaje. Había muchas furgonetas y gente afuera, llevando cosas que se necesitaban para el rodaje.
Oso redujo la velocidad, mirándola a través del espejo retrovisor.