—¡Señora! —Oso se detuvo en la entrada, conteniendo el aliento mientras movía la vista entre las dos personas en la cocina. Era una criada y la señora.
Observando la situación desde un lado, Cielo estaba apoyada contra el mostrador, haciendo muecas mientras su cuerpo entero temblaba ante la persona frente a ella. Los ojos de Oso cayeron en la mano de Cielo, solo para ver que las sostenía sobre su estómago para detener la hemorragia.
—No... —Los ojos de Oso se abrieron lentamente cuando desvió la mirada hacia la otra persona. La criada simplemente miraba fijamente a Cielo como si acabara de darse cuenta de lo que había hecho.
—¡Tú! —Oso bufó, y antes de que Andrea lo supiera, él desapareció de su punto de ventaja, solo para reaparecer al lado de Andrea. Pateó la cadera de Andrea, haciendo que esta volara hacia la esquina de la cocina.