Alistair miró a Adrienne conmocionado. ¿La despreciaba tanto que preferiría elegir la muerte antes que estar con él?
Adrienne presionó el filoso fragmento contra su cuello, y un hilo de sangre bajó por su piel. Permaneció impasible ante la horrorizada expresión de Alistair, sus ojos llenos de una determinación inquietante. El corazón de Alistair se hundió al darse cuenta de la profundidad de las medidas desesperadas que ella estaba dispuesta a tomar.
Alistair se rió sin alegría.
—¿Quieres morir? ¿Qué tal Lennox Qin? Pensé que preferirías quedarte con él.
El agarre de Adrienne en el fragmento se tensó, su voz temblorosa mientras respondía:
—Lennox es el amor de mi vida. Pero no pienses ni por un segundo que te elegiría a ti antes que la muerte.
La cara de Alistair se oscureció aún más, su mente buscando la manera de convencerla de lo contrario.