Adrienne y Lennox se adaptaron a una rutina temporal rápidamente. Aunque sólo tenían dos semanas de tiempo a solas, eso era suficiente para que Adrienne supiera que tendría toda la atención de su esposo exclusivamente para ella. Le gustaba que pudieran pasar sus horas despiertos explorando nuevos pasatiempos juntos, como cocinar comidas elaboradas o dar largos paseos por la playa.
Ojalá pudieran permanecer en esta burbuja de felicidad para siempre, lejos de las demandas y distracciones de sus vidas ocupadas. Si Lennox estuviera más relajado que recientemente, Adrienne sabía que tendrían más oportunidades de viajar juntos y explorar nuevos lugares.
Ella valoraba estos momentos de conexión ininterrumpida, sintiendo un renovado sentido de cercanía e intimidad con Lennox. Sin embargo, sabía que su tiempo juntos era limitado y que pronto, tendrían que volver a sus responsabilidades y obligaciones.