Adrienne se acomodó, hundiéndose en un sofá de cuero, mientras Lennox se sentaba frente a ella con un bourbon en la mano. Estaban en un jet privado que Lennox había comprado recientemente como uno de los regalos de aniversario que le dio a su esposa. Con el negocio de Adrienne creciendo rápidamente, su necesidad de viajar se había vuelto más frecuente.
Lennox quería asegurarse de que pudiera hacerlo cómoda y convenientemente, de ahí la extravagante compra del jet privado. El interior elegante y los lujosos muebles proporcionaban una sensación de relajación y indulgencia, lo que permitía a Adrienne centrarse en su trabajo mientras disfrutaba de las ventajas de su lujoso estilo de vida.
—Ya sabes, realmente no necesitas comprarme un jet, Len —Adrienne suspiró mientras presionaba el espacio delante de sus cejas.