Sin embargo, al mirar su hermoso rostro, Lennox podía sentir su descontento.
—¿Estás enojada? —preguntó.
No sabía que Adrienne vendría a visitarlo al trabajo, solo para que lo sorprendieran con otra mujer en su oficina. Lennox se sintió aliviado de haber empujado a Bree y de no haber sido forzado a una situación comprometedora por ella.
Cuando apareció Adrienne, el corazón de Lennox saltó en su pecho. Estaba preocupado de que su esposa malinterpretase la situación y sacase conclusiones precipitadas. Quería desesperadamente explicarse y asegurarle que no tenía nada que ver con la otra mujer.
—Si nuestras posiciones cambiaron y me encontraras con otro hombre, ¿qué sentirías?
La sonrisa de Adrienne permanecía, pero Lennox notaba el frío y la sutil ira en su voz.
—No me molestaría y te pediría que expliques. Confío en ti, Addie. No creo que me traicionarías por otro hombre —respondió sinceramente.