Su rostro se torció de furia, y apretó los puños. —No puedo creer esto —murmuró—. Derek y Airi... ¿cómo pudieron hacer esto?
—¿Derek y Airi? —Valerie frunció el ceño y luego siguió la mirada de su hermano.
Su rostro se volvió pálido, al ver lo íntimos que estaban su hermana y su prometido. Ella había sospechado de su aventura, pero verlo con sus propios ojos era un nivel completamente diferente de dolor y traición.
—Nathan, ¿qué deberíamos hacer? —dijo Valerie, su voz temblaba de emoción—. No podemos dejar que se salgan con la suya.
Nathan asintió, su expresión era de acero. —Tienes razón, Valerie. Tenemos que confrontarlos y acabar con esto de una vez por todas.
Valerie tomó una respiración profunda, reuniendo todo su coraje. Sin embargo, incluso antes de que pudieran confrontar a su hermana y a Derek, la pareja se fue del brazo.