Adrienne esperaba la visita de su madre, Hunter y el Tío Reese ese día. Como estaba limitando su exposición al exterior hasta que Alistair y Ayla se casaran, se esperaba que ambos celebraran su boda en dos semanas. Su hermano y el Tío Reese estaban al tanto de su situación y accedieron a su plan de mantenerse a bajo perfil.
Era la primera vez que su madre visitaba la casa que compartía con Lennox, y Adrienne se aseguró de que su madre se sintiera bienvenida y cómoda. Ayudó a limpiar la casa de arriba abajo, pidió al cocinero que preparara la comida favorita de su madre e incluso compró flores frescas para alegrar el ambiente.
Adrienne quería que todo fuera perfecto para la visita de su madre, pues sabía lo mucho que significaba para ambas pasar tiempo de calidad juntas. Sentía que había pasado mucho tiempo desde que la había visto, pero Hunter le aseguró que la recuperación de su madre iba bien.