—Para responder a tu pregunta, no lo sé —continuó—. Soy consciente de que Ayla se convirtió en su amante porque me negué a dormir en la misma cama con él y elegí distanciarme. Ayla podía darle el consuelo temporal y la compañía que yo entonces no podía proporcionarle. Sin embargo, no tengo dudas de que la obsesión de Alistair por mí no le permitiría tomar a Ayla como su esposa.
—No entiendo su obsesión contigo, Addie —dijo Lennox con desagrado.
Addie suspiró, sus ojos llenos de una mezcla de tristeza y frustración. —Desearía poder entenderlo yo misma, Lennox. Es como si él viera algo en mí que nadie más ve, lo cual lo cautiva más allá de la razón.
Se detuvo un momento, contemplando sus próximas palabras. —Pero independientemente de su obsesión, no permitiré que él tome control de mi vida nunca más.
Luego se inclinó hacia adelante, apoyando su codo en su pierna cruzada, y se sostuvo la barbilla.
—¿No sientes ninguna obsesión hacia mí, Len? —preguntó con curiosidad.