Lennox levantó su mano y desenrolló sus dedos. Adrienne no había notado que había apretado tanto su puño mientras narraba lo que le sucedió en su vida pasada.
—¿Qué pasó con Alistair Han? ¿Qué fue de él? —preguntó Lennox.
Adrienne se encogió de hombros. —No sé. Una semana antes de mi muerte, Ayla me contactó y reveló su aventura con Alistair. Ella afirmaba estar embarazada de él, y la familia Han ya no me necesitaba. Estaba más que dispuesta a ocupar mi posición como la señora de la familia. Ayla ya se había convertido en una actriz popular y había hecho un nombre por sí misma. Si lo que Ayla decía era cierto, Alistair no tendría otra opción que casarse después de mi partida.
Lennox sostuvo sus hombros y la atrajo hacia su abrazo. Solo entonces Adrienne se dio cuenta de que se había puesto rígida y tensa. Él la acarició solemnemente la cabeza, diciendo —¿Cómo pudo tu padre permitir que sufrieras así?