La casa de Lennox estaba inusualmente llena de gente moviéndose. Sus hermanos tenían previsto llegar ese día, y Adrienne ya había hecho los preparativos, asegurándose de que sus habitaciones estuvieran listas con sábanas frescas y sus aperitivos favoritos en la cocina. Lennox sabía que sería una pesadilla para él si no fuera por la ayuda de su esposa.
Era fin de semana, y Lennox acababa de terminar su reunión y decidió buscar a su esposa. No podía verla en ninguna parte y decidió comprobar si también estaba en su nuevo estudio y trabajando. Lennox la encontró entonces revisando los diseños que aún necesitaba terminar. Tomó uno de sus cuadernos de bocetos y hojear las páginas, impresionado por cómo cada diseño de zapato era tan detallado.