—Len —susurró ella—, yo...
Hubo un momento de silencio en el otro extremo de la línea, y luego Lennox volvió a hablar.
—Sé que todavía no estás lista. ¿No dijiste que el amor es un lujo que no puedes permitirte tener?
Pero no puedo evitar lo que siento por ti, Addie. No puedo dejar de pensar en ti, en nosotros.
Adrienne sintió que su corazón se derretía con sus palabras. Sabía que sentía lo mismo por él, pero tenía demasiado miedo para admitirlo, incluso frente a sí misma, mucho menos frente a Lennox.
—Yo... no sé, Len —balbuceó—. Tengo miedo.