Al final, Irina se quedó al lado de Adrienne. Aparte de pedirle que hiciera algunos recados, Adrienne nunca se molestó en entablar una conversación con Irina. Como ella dijo, no confiaba en esta nueva ayudante que Lennox le había dado. Adrienne sabía que todo lo que Irina presenciara o escuchara eventualmente se lo reportarían a Lennox.
A Adrienne no le gustaba para nada la idea de ser vigilada, pero intentó ignorarlo cuando ella e Irina llegaron a la Residencia Xia. Era el cumpleaños de Valerie y solo había invitado a unos pocos amigos cercanos para celebrarlo en casa.
Esta era la primera vez que Adrienne estaba en este lugar y ya podía entender por qué la hija adoptiva de la familia Xia codiciaba todo lo que Valerie tenía.
Valerie Xia era el epítome de una joven señorita de una familia acaudalada. Aunque sus amigos se podrían contar con los dedos, todos provenían de fondos prestigiosos. Adrienne estaba complacida de que podía conocerlos a través de Valerie.