—Te ves enferma. No deberías haber venido si no te sientes bien, Addie —Lennox dijo mientras observaba a Adrienne tomar el asiento vacante frente a él.
Adrienne se sirvió una taza de té y echó un vistazo al hombre que tenía enfrente. La expresión de Lennox hoy era excepcionalmente fría, con los labios apretados en una línea delgada y firme. Se preguntó quién lo había enfadado esta vez.
—Estoy bien. Nada que un buen sueño no pueda solucionar —hizo una pausa y miró alrededor—. ¿Ha vuelto Samantha de la escuela?
Lennox la miró fijamente por un momento, pensando en todos los escándalos y pruebas que él y Gavin habían recopilado contra la familia Jiang. Al leer los documentos, no podía evitar pensar que una joven como ella no debería estar sufriendo así.