El Viejo Maestro Jiang se burló.
—Si se trata de su humilde origen, entonces ese no es el problema. Una cosa que es cuestionable sobre tu esposa es su actitud. Solo mira cuán duro intentó complacer a quienes estaban en el poder. No hay nada de malo en ser ambicioso, pero ser demasiado codicioso solo atraerá problemas a tu puerta. Si un día mi familia Jiang fuera destruida por culpa de tu esposa, solo podrás culparte a ti mismo por elegir a tal ramera. Lewis, algunas mujeres son buenas para pasar el rato pero nunca para presentarlas como tu futura esposa a tus padres, y ella es una de ellas —dijo el Viejo Maestro Jiang.
—¡Abuelo! —Cayden no podía creer que su madre estuviera siendo humillada de esa manera.
El Viejo Maestro Jiang le lanzó una mirada feroz. —Si a caso, ella también le pasó esa arrogancia a tus hijos.