—Por supuesto, es solo el anillo... ¿Cómo pueden tener algún valor los calzoncillos de un tritón? —Mo Qiang cuestionaba a su hermana pero no bien terminó de hablar, escuchó una exclamación detrás.
—¡Ah, Ah, Ah! ¡Conseguí los pendientes del Señor Hada Anunciante! ¡Debe haberlo dejado caer cuando iba hacia la sala trasera justo ahora! —Una de las mujeres sostenía el pendiente de cruz de plata entre sus dedos, era de hecho el pendiente que el ladrón llevaba puesto hace un segundo.
Mo Qiang estaba a punto de resoplar al ver lo emocionadas que estaban las mujeres solo por un simple pendiente pero eso fue hasta que escuchó a una mujer decir, —Dámelo, te daré cien mil monedas de oro.
—No, dámelo a mí... ¡Te daré doscientas mil monedas de oro!
—Trescientas mil.
—¡Un millón!
La puja continuó subiendo y subiendo hasta que superó el precio del anillo de oro de Mo Qiang con tres diamantes incrustados.
Mo Qiang:
...
Mo Xifeng:
...