—¿Qué estás haciendo? ¿Sonreír?
Mo Qiang miró a Ou Qi, que actuaba toda engreída y traviesa, y juró en silencio que la haría trabajar en el establo de vacas en cuanto terminara de atrapar a la vaca violeta con esa estúpida gema roja en el centro de su cabeza.
—Estoy sonriendo, ¿no lo ves? —replicó Mo Qiang aunque sus labios apenas se levantaban una pulgada, haciendo que Ou Qi moviese su dedo y dijera —Eso no es una sonrisa, quiero que sonrías como si estuvieras sinceramente feliz. Como súper mega feliz.
Como si temiera que Mo Qiang no comprendiera lo que intentaba decir, Ou Qi incluso le sonrió a Mo Qiang para enseñarle cómo se suponía que debía sonreír.
—Piensa en algo feliz y luego sonríe, vas a tener una cita con el cuñado por primera vez, deberías estar rebosante de felicidad.