—Es bueno que ella haya cometido un error hoy —Mo Qiang no estaba molesta con las acciones de la Señora Lian. Era una mujer que estaba justo debajo de su madre en términos de posición y poder, pero que una mujer como ella tuviera tales poderes, era similar a entregarle la llave de su casa a un ladrón.
De hecho, no se sorprendió cuando vio que la Señora Lian reaccionó de esta manera —esta mujer orgullosa, ella nunca aceptará que está equivocada, si acaso, culpará a esto y aquello antes de decir que no estaba equivocada.
—¿Me estás diciendo que cazar está por debajo de tus habilidades y te niegas a cazar estas bestias? Pero ¿por miedo a morir terminaste arrastrando a Ye Shu detrás de ti por miedo? —Mo Qiang preguntó fingiendo creer el sinsentido que le estaba transmitiendo la Señora Lian.
Incluso un niño de diez años podría encontrar fallos en esta estúpida explicación, mucho menos ella.
La Señora Lian apretó los labios mientras decía:
