Mo Qiang miró a Mo Yan y al pequeño equipo que consistía de treinta miembros y luego se volvió a mirar a Mo Yan, quien tenía su propio equipo mientras que Mo Xifeng se quedaba a cargo del suyo; ella sabía que si no hubiera despertado, entonces Mo Yan no le habría dado la responsabilidad de cuidar un equipo, pero dado que ahora estaba despierta, se le permitió liderar su propio equipo.
Echó un vistazo a Xiao Jiao, quien ya no la miraba, y sus ojos titilaron, había estado tratando a esta hada con cierta ligereza, pero ahora que le había recordado quién era, Mo Qiang estaba un poco asustada. La muerte era algo que todos temían, y ella también, no quería morir solo para sufrir en el inframundo.
—Hermana Yan —mientras Mo Qiang lidiaba con sus emociones que estaban en un caos, la Señora Lian se volvió a mirar a Mo Yan y dijo con una sonrisa tensa— No deberías dejar que la pequeña Qiang juegue, ¿cómo puedes permitirle liderar un equipo, si ni siquiera tiene un núcleo despertado!
