Leila caminó hacia las Regiones del Norte, esperando ver a esa bruja que la había llamado de la nada.
Su corazón latía terriblemente y su cabeza estaba llena de temor.
El error que cometió no fue algo simple. Una y otra vez Elliana la derrotaba en su propio juego debido a su presencia de ánimo y buenas estrategias.
Primero, Elliana la asustó con el fuego del infierno, luego marcó el realismo mágico donde capturaron a su padre, la siguió cuando ella ni siquiera lo esperaba y, por si eso no fuera suficiente, descubrió todos sus planes uno por uno.
Al llegar a las cámaras internas de la mansión imaginaria en medio del océano, Leila observó la espalda de la bruja que estaba de pie con su postura firme, mirando la gran bola de cristal frente a ella.
—Salieron de eso ilesos. ¿Cuáles son tus planes? —Leila intentó actuar naturalmente para que la bruja no identificara su nerviosismo por nada.