—¿Qué? ¿En serio te vas a quedar ahí parado sin hacer nada? —preguntaron los vampiros renegados, y uno de ellos se acercó a Misha.
—Ahora que lo pienso, ¿no te pareces bastante a esa chica Elliana? ¿Qué? ¿Trabajas como su doble? —preguntó el vampiro renegado antes de agarrar las mandíbulas de Mishra, una sensación extraña recorriendo su cuerpo cuando Misha miró fijamente al pícaro.
—¡Guau, qué fue eso? Acabo de sentir como si... —el vampiro renegado dejó de hablar, mirando a la chica.
—No eres un vampiro —dijo el vampiro renegado, y Misha miró a Sasha, que tragó saliva.
—Misha, solo tú puedes ayudarnos. Por favor, haz algo —susurró Sasha, y Glow miró a Misha con el ceño fruncido.
¿Con qué iba a ayudarles Misha? Ella era la más joven de todos, incluso un par de días más joven que su líder. ¿Realmente Sasha estaba perdiendo la cabeza después de ver tanta sangre y pedía ayuda a Misha? ¿Incluso sabiendo qué tipo de trauma le provocaban la sangre y esas peleas?