—¿Una prueba? —Elliana se alejó de Natanael, y este la miró asintiendo con la cabeza.
La incredulidad y la decepción en sus ojos eran evidentes, pero era mejor que se culpara a sí misma por todo lo que ocurría a su alrededor, lo cual se hacía doloroso de ver y sentir.
—Tu madre quería ver si serías capaz de protegerte contra ataques normales de unas brujas y
—¿Esa mujer pidió a estas brujas que me llamaran un espíritu maligno y astuto? —preguntó Elliana, interrumpiendo a Natanael a mitad de la frase, finalmente observando a su alrededor, su mirada se encontró con la de Azura, quien negó con la cabeza y los ojos muy abiertos.
La forma de Azura temblaba de tristeza.
Se le rompía el corazón cuando su hija la llamaba 'esa mujer' en lugar de mamá o madre. Ella tampoco podía soportar este malentendido.
—Mi hija, yo nunca pediría que alguien te llamase —Azura dejó de hablar y se estremeció visiblemente cuando Elliana levantó la mano en el aire.