En la sala de reuniones, Sebastián se sentó en su escritorio, masajeándose la frente.
Después de tomar su junta de media hora, pidió a sus subordinados que se reunieran y le informaran sobre todas las misiones en las que habían sido enviados.
—¿Así que me estás diciendo que casi teníamos una pista sobre Gambit pero la perdimos en el último momento? ¿Que un jodido equipo de vampiros bien entrenados perdió contra unos pícaros humanos? —preguntó Sebastián, con voz fría y carente de emociones, y Garry bajó la mirada avergonzado.
Era más que humillante para él como líder del equipo. El príncipe había confiado este proyecto a él con la confianza de que traería resultados positivos, pero tener informes de tal incompetencia vergonzosa era como lamer tu propio escupitajo frente a tu enemigo.
Lucas miró a Harry y le hizo una señal con la cabeza. Era mejor si él sacaba a su hermano Garry de allí.