Elliana miró a Natanael con aprensión.
—¿Solo esto? —preguntó, y Natanael asintió.
—Entonces, ¿me estás diciendo que hacer este hechizo era tan fácil y no me lo dijiste todo este tiempo? ¿Que desperdicié tanto tiempo y dinero inútilmente cuando podría haber pensado simplemente en el lugar y hacerme aparecer allí? —preguntó Elliana.
Natanael la miró con un poco de cautela en sus ojos antes de suspirar.
—Sí, princesa, siempre fue tan fácil. Sabes muy bien que no haría nada que te perjudicara al final. Por eso quería protegerte de este hechizo. Temía que terminaras yendo a algún lugar del que no tendrías salida.
Sin embargo, puedo ver que irás a cualquier parte, de todos modos, por eso estoy aquí enseñándote cómo hacerlo correctamente —dijo Natanael.
Elliana asintió suavemente antes de sentarse en la cama, confundiendo a Natanael.