—Vas a arrepentirte, Lucas —dijo la Señorita Zoya.
Lucas miró su espada y sonrió.
No necesitaba que nadie le dijera lo mal que podrían salir las cosas para él esta noche, pero estaba dispuesto a hacerlo por su princesa, por la persona que salvó su vida.
—Estoy listo —Todos escucharon la voz de Elliana, y Lucas levantó la vista hacia las escaleras, su mirada cayendo inmediatamente en la sonrisa de su rostro.
Se veía realmente encantadora con su atuendo. Más bonita que cuando estaba llorando en esa habitación.
—Como hijo mayor de un Duque, debería haber asistido al baile anual desde el principio, pero supongo que la diosa quería que asistiera así —Lucas susurró a la Señorita Zoya, y la cuidadora miró al subordinado antes de tararear.
Había un vínculo entre ellos.