—¡Aaaaaaaa!
—¡Aaaaaaa!
—¡Aaaaaaaa!
—Ve hacia la izquierda —dijo alguien.
—¡Dios mío! ¡Me persigue! —gritó otro.
—¡Profesor, contrólalo! Deberías saber cómo controlar tus poderes —reclamó un tercero.
—¡Estoy intentándolo! —respondió el profesor.
Natanael se elevó en el aire para salvarse de todos estos problemas junto con la bruja Madona y el decano, ya que podían usar mejor el elemento aire aquí.
Observaron cómo la chica seguía de pie en medio sin preocuparse en absoluto como si lo que ocurría a su alrededor no le importara.
Como si ella no fuera la que había usado ese hechizo fuerte y hecho que el ataque se dispersara a todos.
Elliana miró a su alrededor, tratando de encontrar a Natanael antes de mirar al aire y parpadear dos veces con los labios apretados, luciendo tan inocente como siempre. Se recogió el cabello detrás de sus orejas y el último suspiró.