—Oye, barman, dame otra botella de cerveza —balbuceó ella, haciendo que el camarero la mirara con un pesado suspiro.
—Te he estado observando durante algunos días. Eres nueva en esta área, ¿no es así? No conseguimos muchos clientes en este club local ya que todos quieren ir a los grandes a pesar de tener dinero para ello o no —dijo el camarero, y la dama miró sus uñas bien cuidadas antes de tararear.
—Soy nueva aquí. Probablemente soy nueva a donde quiera que voy. Una persona sin hogar y vagabunda se supone que debe ser así, ¿no? —Sonrió, su belleza sin igual, y el camarero sonrió.
No era la primera vez que él se encontraba con personas que usualmente se autodenominaban sin hogar en este club local.
Aunque la mayoría de las veces la gente está borracha, era la verdad de las personas aquí. Casi la mitad de ellos estaban sin hogar y solían venir a este lugar para engancharse y pasar la noche con alguien que tenía un hogar.