—Mmmm —Elliana trató de darse vuelta en su posición y Sebastián la miró fríamente.
—Tonta —pensó él antes de pellizcarle las mejillas bruscamente.
—¡Ay! ¿Quieres morir? —Elliana se quejó, sus palabras lo suficientemente altas como para que todos las escucharan.
Nadie sabía que la chica de la que se preocupaban estaba durmiendo pacíficamente en los brazos del más joven príncipe enmascarado como si fuera su segunda cama. Lo único que podían ver desde el ángulo era al príncipe levantando su mano y acosándola.
—¿Quiero morir? —preguntó el príncipe enmascarado delante de todos mientras le pellizcaba las mejillas de nuevo, forzándola a abrir los ojos.
Parpadeó furiosamente, sus ojos se estrecharon cuando su rostro enmascarado fue lo primero que vio. Estaba tan perdida en su sueño que se olvidó completamente de que estaba en la Universidad.