—¿Está seguro de ello, señor? —preguntó Lucas por enésima vez, y Sebastián lo miró por debajo de sus pestañas, su mirada fría inmediatamente acalló a su subordinado.
—Tengo dificultades para entender por qué debería estar seguro de visitar un lugar que está patrocinado en parte por mí y por los reales —comentó Sebastián, y Lucas se mordió los labios.
—No me refiero a eso, señor. Es solo que ayer mismo hicimos un viaje con los amigos de la princesa. ¿Qué pasa si nos reconocen? Además, estoy seguro de que intentará buscar a la Princesa en la Universidad y ¿qué excusa dará para eso? ¿Qué pasa si ella piensa que usted está espiándola? —preguntó Lucas, y Sebastián giró la página del documento que estaba leyendo, esbozando una sonrisa en sus labios.
—¿Ahora necesito una excusa para ver a mi esposa? —preguntó Sebastián.
...