Elliana miró a la persona frente a ella con total sorpresa antes de que sus ojos se estrecharan.
Debido a las nubes estruendosas y la alta densidad del bosque, era difícil averiguar quién era esta persona. El lugar estaba bastante oscuro. Y la persona estaba bloqueando la luz del sol, lo que dificultaba que ella viese algo.
—¿Por qué demonios esta persona me resulta tan familiar? El mismo peinado y figura corporal que ella. ¿Podría ser... —se preguntó.
—¿Misha? —Elliana lo intentó, y la chica dio un paso adelante, haciendo que la mirara a la chica familiar con una expresión fría.
—¿Qué demonios haces aquí? ¿Te has vuelto loca? —Elliana preguntó antes de mirar detrás de ella.
—¿Quién más está ahí? —preguntó, perdiendo la paciencia cuando la chica no dijo nada.
Bueno, técnicamente no podía decir nada en primer lugar, pero Misha tampoco hizo ningún gesto, y eso estaba enfureciendo a Elliana.
