—¿Elliana? —susurró Daniel tan pronto como vio la espalda de una hermosa chica de pie con su largo cabello castaño ondeando en el aire suave.
—¿Hmm? —Elliana se volteó con una mirada interrogante, y las mejillas de Daniel se pusieron rojas al instante.
Él apartó la mirada rápidamente antes de aclarar sus pensamientos.
—Oh, eh, no es nada. T-tú, ¿lo estás disfrutando? El viaje, quiero decir —tartamudeó Daniel, y Melony le hizo un gesto con las cejas a Samantha, quien se rió por lo bajo de la chica descarada.
La expresión de Daniel lo decía todo acerca de sus sentimientos.
—Hace calor —murmuró Elliana, y Daniel asintió con un sonido comprensivo.
—Definitivamente hace calor —Daniel la miró a los ojos embelesado antes de toser de nuevo—. Quiero decir, el clima es definitivamente un contraste con nuestro reino —se corrigió, y Melony no pudo contenerse más y soltó una carcajada, haciendo que las orejas de Daniel se pusieran ligeramente rojas.