—¿Has perdido la cabeza? ¿Y si te atrapan y te preguntan sobre el nuevo aroma o algún nuevo producto que tengas en el mercado? ¿Realmente crees que puedes sobrevivir mintiéndole al príncipe más joven? —Elliana lo miró, y Marcello tarareó.
Deslizó la puerta de cristal y se sentó dentro de la habitación.
—Bueno, en ese caso, no mentiré. Solo les diré la verdad —dijo, mirando entre Dexter y Elliana.
—Por cierto, nunca mencionaste cómo sabes de los espías reales —Marcello bebió el jugo mientras le indicaba a Elliana que bebiera el jugo de limón que había pedido.
Elliana hizo una pausa en sus acciones. No hacía falta ser un genio para entender que Marcello sospechaba de ella.
Se recostó en su asiento.
—¿Me creerías si te digo que tu príncipe enmascarado más joven ha estado rondando por mí en la Universidad donde estudio? —Elliana eligió el camino seguro, utilizando directamente el nombre del jefe.