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Su amiga estaba un poco demasiado emocionada por ser madrina —pensó Escarlata—. Honestamente, no se imaginaba a Ezrah como el tipo maternal. Ni siquiera era una de esas que comían regularmente el fruto del infierno. Sus acciones en este momento eran bastante contrarias a su comportamiento habitual.
Carolyn y los demás volvieron a sus deberes, pero Halley se quedó pegada al lado de Escarcha. Escarcha hizo más magia de nieve para ella y ella aplaudió.
Él miró a Escarlata y dijo:
—Me llevo muy bien con los niños. Puedo ser el padrino si necesitas uno.
—Al final de la cola, Frosty —le dijo Halcón.
Justo como Escarlata esperaba, Halcón reaccionó a las palabras de Escarcha después de todo, si alguien iba a ser el padrino, sería el tipo que estaba locamente enamorado de la madrina.
—¿Dónde está el bebé, Escarlata? —Ezrah ignoró a los dos hombres y agarró los hombros de Escarlata.
Escarlata empujó a Ezrah y dijo:
—Él no es un bebé.
—Siempre lo llamas bebé —Ezrah le recordó.