—¿Quién eres tú? —preguntó Escarlata. Usaba sus manos para cubrir sus pechos, indignada por esta intrusión en su privacidad.
—Ella es tu criada personal de espera, asignada por mi abuela para cuidar de ti y de todas tus necesidades —informó Esong a Escarlata.
Ella lo miró con incredulidad como si estuviera loco. —¿Entonces por qué está en mi baño?
—Estoy aquí para darle un baño, mi señora —respondió la mujer.
—De ninguna manera —Escarlata movió brevemente su dedo en señal de negación y recordó que estaba desnuda, así que sus manos rápidamente volvieron a cubrir sus pechos—. Tengo dos manos, no vas a tocarme. Por favor regresa a tu habitación, hablaré contigo más tarde —¡¿Quién da un baño a una mujer adulta por el amor de Dios?!
La mujer se veía insegura mientras miraba nerviosamente a Esong y a Escarlata, incluso se mordió el labio inferior como si temiera algo.