—¡Bang! ¡Bang! ¡Bang!
El sonido de la explosión se alejaba cada vez más.
Johan miró a Brenda, que huía, y arqueó las cejas. —¿No vas a ayudar a tu padre, señorita Brenda?
—¿Ayuda? —Brenda alzó la cabeza y se burló.
Si pudiera ayudar, sin duda ayudaría a su padre. El problema es que su habilidad era solo habilidad espacial.
Era una habilidad sin ningún poder de combate.
Había muchas personas con habilidades de varios elementos que envidiaban a los que tenían habilidad espacial. Pero a Brenda misma no le gustaba tener esta habilidad porque no podía hacer más que depender de otros para protección.
Era molesto.
Ella siempre había sido quien controlaba la situación y muchas veces en el pasado, era ella quien aseguraba que las cosas fueran en la dirección que ella quería. Usar a las personas a su alrededor para alcanzar su meta siempre había sido su método.
Y esta libreta le ayudaba a lograrlo mucho más fácil que antes.