Aunque Dylan estaba un poco sorprendido, no tenía intención de cuestionar a Anna.
—Todavía hay suficiente comida por ahora, así que guárdenlas por el momento —Dylan sonrió con resignación—. Si realmente quieres comer algo, dilo y yo cocinaré para ti.
—Eh… ¿Eh? —Anna miró a Dylan con confusión—. Sus palabras sonaban un poco extrañas.
—Quiero decir, estamos viviendo juntos temporalmente, así que está bien pedir algo de comer de vez en cuando —respondió Dylan.
—Vale —aceptó Anna.
—Ya he limpiado la habitación. Vamos a la habitación de al lado para cenar.
Mirando la hora, ya casi era hora de la cena. Este había sido otro día sin entrenamiento ya que Anna estuvo ocupada ayudando a Dylan a mover cosas. De alguna manera, esto también podría considerarse entrenamiento.
Al llegar a la otra habitación, Lucía ya estaba sentada en el sofá y navegaba en su teléfono.
—¿Algo interesante? —preguntó Anna.
