—¡Bang! ¡Bang! ¡Bang!
Estas personas vinieron disparando a los grandes animales mutados y por alguna razón, más y más grandes animales mutados se dirigían hacia ellos.
Al ver la gran cantidad de grandes animales mutados que se acercaban, se les retorcieron los labios.
—¿Jake? —preguntó Lucía con incertidumbre—. Aquel cabello rojo, que era más claro en comparación con el suyo, era un poco llamativo. Aunque uno quisiera ignorarlo, era un poco difícil hacerlo.
Anna también frunció el ceño cuando los vio a él y a su grupo.
Tomaban caminos diferentes a la gente de la Familia Davis. Bueno, para ser exactos, ni siquiera se molestaron en averiguar a dónde iban estas personas cuando eligieron la ruta en aquel entonces.
Después de todo, no tenían nada que ver el uno con el otro y tampoco deseaban tenerlo.
