—Tú... Tú... —El señor Williams señaló con el dedo a Anna, su cuerpo temblaba.
Sin embargo, Anna no tenía miedo mientras miraba fijamente al señor Williams, sus ojos permanecían fríos e indiferentes.
No tenía ningún interés en acercarse de nuevo al señor Williams.
Él la había abandonado una vez y ella no era tan bondadosa como para perdonarlo por lo que les había hecho a ella y a su madre. Su madre había trabajado tan duro para la compañía y todo pero él estaba ocupado buscando amantes por fuera.
¿Cómo no iba a sentirse descorazonada por su madre?
Sintió que los ojos de su madre debieron haber estado momentáneamente ciegos al buscar a alguien como el señor Williams.
Y para Anna, el señor Williams nunca estuvo presente en su vida. Él pasaba la mayor parte de su tiempo con sus hijos ilegítimos y amante, criándolos con todo el amor y cuidado que tenía mientras se olvidaba de su legítima esposa e hija.