Lo que más quería el señor Williams era golpear a esta hija desagradecida que le había causado muchas pérdidas y asegurarse de que ella fuera responsable por esta acción.
Después de gritar por mucho tiempo, la señora Williams finalmente salió e intentó calmar a su esposo.
—Cálmate, cálmate, todos nos estarán mirando —recordó la señora Williams.
Ella miró hacia afuera preocupada porque sabía que el señor Stafford y su familia eran sus vecinos. También había muchas otras personas alrededor de este lugar que acababan de regresar del trabajo.
El trabajo de construcción requería mucha mano de obra, por eso la mayoría de ellos luchaba por el trabajo allí. Afortunadamente, era bastante fácil conseguirlo pero la cantidad de puntos de contribución que podían ganar diariamente no era mucho.
—¡Educa bien a tu buena hija! ¿Sabes lo que hizo? —El señor Williams estaba enojado, pero aún cerró la puerta y luego los arrastró al cuarto interior para evitar que otros afuera escucharan la voz.
